miércoles, 11 de noviembre de 2015

Pongámonos serios por un momento. Vamos a hablar un poco de las corrientes artísticas, vamos a empezar por una muy interesante, hablo del ¡SURREALISMO!

El surrealismo se presenta, pues, a sí mismo como una revolución que ataca el orden lógico (critica la racionalidad), el orden estético (se enfrenta al “buen gusto” burgués) y el orden moral (rechaza los valores de la sociedad burguesa).

Nacido en Francia alrededor de los años 20, trata de plasmar el mundo de los sueños y de los fenómenos subconscientes. Breton, teórico del surrealismo y en torno al cual surge el movimiento, señala en su Primer Manifiesto del Surrealismo (1924):

-“Creo en el encuentro futuro de esos dos estados, en apariencia tan contradictorios, como son el sueño y la realidad, en una especie de realidad absoluta, de surrealidad”.





Según la definición otorgada por André Breton el surrealismo es un “automatismo psíquico puro por el cual se propone expresar, sea verbalmente, sea por escrito, sea de cualquier otra manera, el funcionamiento real del pensamiento”. Se trata pues de un verdadero “dictado del pensamiento”, compuesto “en ausencia de todo control efectuado por la razón, fuera de cualquier preocupación estética y moral”.





Al igual que la literatura y la pintura surrealista, el cine mantiene como manifiesto: la creación al margen de todo principio estético y moral, la fantasía onírica, el humor cruel, el erotismo lírico, la deliberación confusión de tiempos y espacios diferentes. Los cineastas surrealistas trataron temas que escandalizaron a la sociedad burguesa francesa, además creaban confusión con su lenguaje cinematográfico (fundidos, cámara lenta o acelerada, uniones arbitrarias entre planos y secuencias que no tenían relación entre sí) a partir de sueños, pesadillas, mundos imaginarios e imágenes delirantes.


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